miércoles, 26 de abril de 2017

Sant Jordi

Muy buenas a todos. Después de tantos meses, al fin me he puesto al día de absolutamente todo lo que tenía pendiente por leer y buscar. Y, sin embargo, no puedo reiniciar el blog hablando de algún libro en particular.

Un año más, Sant Jordi / San Jorge ha llegado, acompañado de rosas y libros. Un año más, el "arte" ha salido a la calle. Este año, al contrario que el anterior, ha llegado a mis oídos el precio de la broma y, la verdad, no sé qué me enrabia más.

Empecemos haciendo un recordatorio de los hecho de hace un año. A unas personas se les ocurrió que era una obra de arte pegar libros con silicona unos encima de otros (porque con cola normal y corriente se despegaban y no podían montar su idea) y que enterrarlos en una montaña de tierra que tiraron así tal cual en la plaza tenía un simbolismo profundo. Con estas imágenes tan... Da igual, omitamos la palabra y las ideas que iba a poner... Aún las tomarán y las usarán el año que viene... Y, la verdad, a mí no me apetece en absoluto ver lo que podría surgir de malinterpretar las palabras.

Pasemos al presente. No sé si son las mismas personas o compañeros de aquellas personas que el año pasado no tuvieron su "oportunidad de gloria". Permitidme presentaros las obras de arte de este año.



Porque cuando pensaba que no habían aprendido nada, descubro que sí, hay algo que han aprendido: si pegas los libros por el lomo, aunque sea con silicona, la gente puede arrancarlos con cierta facilidad. Porque, damas y caballeros, el suelo está forrado con libros abiertos y pegados ¡por sus páginas! Una obra de arte que invita a meterte dentro y leer en su interior (o, al menos, eso ponía en el cartelito que explicaba el por qué de este iglú).


Aquí tenemos la escena del crimen. Sí, sí, esta obra está acordonada y no te invita a sentarte a leer, como sí hacía la anterior. En la información de la obra, en la primera línea, deja claro que usa libros descatalogados. Vale, te lo compro con los libros de debajo de la silla, que son libros de texto del colegio e instituto, esos que a menos que tu hermano vaya un curso por detrás de ti, muy posiblemente no le sirvan cuando llegue al que tú abandonas. Y también te lo compro con el mogollón de libros que se apelotonan en la estantería de la derecha y los que se esconden debajo del mueble de la izquierda (que, por cierto, es un sofá viejo), que son los cientos de copias del "recopilación del archivo histórico de -inserte pueblo-" o "historia de -inserte monumento desaparecido/rediseñado-", que se les fue la mano a la hora de hacer copias y llega un punto en que la única solución para sacarlos del almacén en el que se apelotonan es regalándolo a la gente que se empadrona o a los jóvenes que cumplen la mayoría de edad.



Pero hasta ahí el permiso para usar libros como ladrillos de una obra (porque dudo mucho que haya alguien que conserva aún los libros de cuando iba al parvulario). Lo único que salva a esta obra de la hoguera de las críticas es que los libros que hay en el sofá-mueble no estaban pegados unos a otros con silicona ni nada. Pero eso no quita que, cuando te asomas por encima del cordón que pretende aislar la escena, descubras obras de Goethe, Shakespeare, Miguel de Cervanetes o Lope de Vega por decir algunos nombres que recuerde ahora. ¡Y esta obra no te invita a tomar asiento y leer!

Mención especial para dos elementos de la obra. El primero, el buzón ese que está tirado ahí delante. Ni idea de por qué está ahí, si realmente forma parte de la obra o qué, porque esta obra no invita a pasa, difícilmente se podría dejar una sugerencia en él... El segundo, la cortinilla de baño esa del fondo, atrapada encima de la estantería por los libros. No sé qué quiere aportar al conjunto, es fea y te hace pensar más en "Psicosis" que en otra cosa...


Otra obra de arte, teóricamente una cascada que invita a pasar a través. Pues a menos que tus átomos sean capaces de separarse y reajuntarse, mucho no atraviesas en esa montaña de libros pegados unos encima de otros y cubiertos con un plástico puesto sin muchas ganas. Y sí, lo del suelo son libros que han cortado para ponerlos ahí como si... Ni tan siquiera sé qué hace eso ahí.

Leyendo la "historia" de esta obra, lo primero que me rompe el corazón es que en el pedazo de textaco sólo hay dos puntos y dos comas como signos ortográficos. Ah, y un coma-punto-punto que supongo que quería ser puntos suspensivos. La explicación de la cascada se resume en que es una cascada. Después, pasa a hablar del árbol que hay al lado y de cómo quiere representar que le devolvemos al árbol lo que él nos dio. Finaliza con que la idea tuvo que ser cambiada, pero el árbol lo mantuvo porque pegaba.


No, no estáis viendo mal. La idea de devolverle al árbol lo que él nos dio es tirarle libros y engancharlos con celo ahí arriba. Sin más comentarios.


No recuerdo el título, pero está claro que aquí han dejado volar la imaginación en todos los sentidos y el resultado ha sido libros con forma de pájaro subidos al árbol. Creo que merece menos comentarios que el árbol de antes.


Para encontrar esto, tuvimos que mirar un par de veces. Detrás de la iglesia, rellenando agujeros y huecos, nos hemos encontrado de todo. Lo dicho: estos artistas consideran los libros como ladrillos... Y también las partituras de a saber qué composición para qué instrumento está metida en el agujero de la segunda imagen. Porque miras a simple vista y no ves nada; tienes que levantar más los ojos para detectar agujeros mayores en la piedra que ofrecen espacio para ser rellenados por libros.



Y esta es, sin duda, la única obra de arte que se salva (un poco) de ser juzgada y condenada a muerte. A primera vista, lo que te encuentras es un montón de tela roja en plan telaraña por la calle y una red en tres o cuatro tramos cargada de poemas. Bonito, ¿verdad? Lo sería si no fuese porque, para ser la obra de varios autores, sólo hay media docena de poemas repetidos una y otra y otra y otra vez... ¡Uno al lado del otro! Sí, sí. Te pones a leer un poema, miras la hoja de la derecha... ¡Y es el mismo! Te vas al otro "panel" y tus ojos se van inevitablemente al mismo poema.

Mira que no soy muy dada a la poesía, pero creo que existen muchos más poemas de más poetas y que ninguno está fuera de lugar en una festividad como es Sant Jordi. Y si lo que este grupo de gente pretendía era usar sólo poetas catalanes (no me fijé demasiado, pero eran nombres catalanes lo que firmaba los poemas que leí por encima buscando algo diferente), estoy completamente segura que esos autores tienen muchos más poemas entre sus obras. Sinceramente, algo que podría haber tenido el único visto bueno de la noche se convirtió en algo pobre en cuestión de segundos.

Lo que más duele es que encima se invierta dinero en este tipo de cosas. Diré simplemente que el presupuesto que ha llegado a mis oídos tiene cinco dígitos. La gran pregunta que hicimos en casa fue ¿en qué han gastado todo eso? Porque mira que hay otras cosas más interesantes en las que podrían gastar el dinero. Descubrimos la respuesta en el paseo: en silicona, celo, tela roja, fotocopias, pincitas que seguro han sido compradas en el algún bazar chino y dos guardias que fueron rondando por los cuatro puntos (la telaraña roja está en la calle que une la idea de la cascada y el árbol al que se le devuelve lo suyo con los pajaritos y el tapiado de agujeros) y que si bien no te decían que no tocases, te miraban con cara de "que estamos aquí, te estamos viendo". Porque los libros son los descatalogados que están metidos en el archivo de la biblioteca y que seguro han vuelto a meterse ahí para nuevas locuras (porque dudo que los que tenían silicona en las páginas hayan sido limpiados y arreglados para ser leídos, aunque se traten de enciclopedias).

En fin, un año más, la humanidad me demuestra que el arte está involucionando y que los reclamos a la cultura son cada vez más penosos e incitan a otro tipo de cosas (porque a mí me encantan los libros y con estas obras de arte lo que me dan ganas de hacer es hogueras de San Juan). Con esto, las pocas ganas que he tenido en la vida de donar libros a la biblioteca para que otros niños los lean (porque en mi habitación no tienen cabida y ya soy bastante mayor como para releerme la serie azul de Barco de Vapor -no me durarían ni una hora-) desaparecen por completo. Porque no hay dos sin tres y yo no pienso aportar ni tan siquiera una revista a la próxima ida de olla de los jóvenes artistas que empiezan a dar sus pasos en el mundo del arte...

4 comentarios:

  1. Has probado a ponerle una carta al alcalde? En forma de carta de protesta, digo yo.

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    1. A menos que seamos una multitud los que hablemos, no sé yo si funcionaría mucho. Y como para encontrar gente que se queje... Si ni tan siquiera se movilizaron para pedir que pusieran medios con los que llevar en fin de año a la gente a Salou y todos estos sitios con fiestas, imagina para que no gasten el dinero en tonterías...

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  2. Buenos dias(por la noche):
    Ya perdimos hasta la costumbre de como comentar en los blogs jajaja. Pero bueno no te escaparas de nosostros tan facilmente.
    en cuanto a esas "obras de arte" son muy artisticas sinceramente, aunque R dice que pondria a los autores de las estructuras en vez de a los libros jejeje (estamos en epoca sadica con los examenes asique el cloroformo y los cuchillos no faltan por aqui).
    Por cierto R y yo guardamos absolutamente todos los libros que hemos tenido a lo largo de los años, y si guardamos los de parvulario, incluso los ojeamos cuando hay que ordenar la casa... digamos que una vez al año por el exceso de bartulos y la falta de tiempo? jajaja no sabriamos que hacer si todo estuviera ordenado.
    Bueno creo que ya me extendi demasiado asi que nos despedimos por hoy bye.
    Hasta otra(aqui hace fresquiviris y se supone que nevara pronto).


    PD: se te echaba de menos, y los avances de tu historia tambien jeje

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